martes, 30 de septiembre de 2014

14.000 sueños.

Hay noches
de acordes en los que
me encuentro
como un león rugiendo
sin película.

Hay motivos para llegar
y perderme
a mitad de camino,
desatando todos
los destinos
en rincones
llenos de luciérnagas
que iluminarán una función
sin público.

Hay cinturas vírgenes en manos
llenas de barro
manchadas de cicatrices hechas
de bosques desiertos,
de besos inciertos,
de jaulas de mármol.

Y luego estás tú,
y luego estoy yo,
martillo y cincel,
piedra y papel,
14.000 sueños
convertidos
en harapos.




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