sábado, 14 de septiembre de 2013

Reina y alfil.

Viví un atasco de años
hasta que le cedí
el paso
a tu sonrisa.

Imaginé Alemania
y Turín.
Encontré en tus ojos
el Dublín de una niña
sonrojada por la brisa.

Como un 'no quiero quererte',
como un poema de perfil,
como tu lengua en mi cuello,
como la reina y el alfil.

Viajé en las curvas
de tu pelo
coloreado por el otoño
y anclé mi boca al destierro
fijando mi patria en ti.

Y en tus sábanas
el hueco suficiente
para dejar pasar el viento
que mece tu sonrisa
a su voluntad,
hacia mi encuentro.

Como un abril sin lluvia,
como 'Medianoche en París',
como un beso
buscándote el sexo.
Como un invierno sin ti.

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